Es una ensalada muy fresca gracias al zumo de limón y la menta. Y hoy os enseñaré la verdadera forma de preparar este fantástico plato. ¡¡Olvidaros de hidratar antes el cous-cous!! La semola, en este plato, no hay que cocinarla previamente, se hidrata con los jugos de la verdura y la vinagreta, quedando así mucho más sabrosa y evitando que la ensalada se agüe. Si os gustan las ensaladas en verano, probadla, ¡es adictiva!
Ingredientes (para 3 o 4 raciones):
- 100g de cous-cous
- 1 tomate grande
- 1 cebolleta
- 1 pepino
- 1 limón
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
- 1 cdta de cúrcuma
- 1 cdta de ras-el-hanout (opcional)
- 8 hojas de menta/hierbabuena fresca
- 1 buen manojo de perejil
Preparación:
Cortar el tomate en dados sin perder nada de su jugo. Pelar el pepino y cortarlo también en dados. Reservar.
Picar la cebolleta. Mezclar todos los ingredientes en un bol y dejar reposar.
Prepara la vinagreta con el zumo de limón y casi la misma cantidad de aceite, un chorrito de agua, sal al gusto y pimienta recién molida. Añadir la cúrcuma y si procede, el ras-el-hanout y emulsionar.
Picar muy finamente el perejil y la menta y añadirlo a las verduras. Aliñar con la salsa y mezclar.
El cous-cous normalmente se hidrata con agua o caldo caliente. El secreto del verdadero tabbouleh es que se hidrate con todos los jugos de las verduras y el zumo de limón. Así quedará infinitamente más sabroso que si hacemos el cous-cous de forma normal y lo añadimos ya hidratado a las verduras.
Por eso, simplemente añadir la sémola seca a las verduras con el aliño, remover bien, tapar y reservar en la nevera por lo menos una hora para que el cous-cous se hidrate perfectamente y esté en su punto a la hora de comer. Además, así evitaremos que la ensalada quede demasiado caldosa con el paso del tiempo ya que estas verduras, sobretodo la cebolla, tienden a soltar mucha agua.
Servir fresquito y a disfrutarlo, que en veranito esta ensalada entra sola!!
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