De aquella época guardo con cariño y "muitas saudades" grandes recuerdos, entre ellos este postre que probé por primera vez en el restaurante Alcovaça, en Sintra. No hay palabras para describirlo. Es suave, ligero y nada empalagoso, no puedes dejar de comerlo. Probadlo, sencillamente, sublime.
Ingredientes:
- 400ml de nata para montar muy fría
- 1 bote pequeño de leche condensada
- 3 hojas de gelatina
- 1 paquete de galletas María
- 4 huevos (sólo utilizaremos las claras)
- ¼ de vaso de leche
- 1 pizca de sal
Preparación:
Triturar las galletas con la picadora y reservar.
Poner a remojar las tres hojas de gelatina en un plato con agua fría durante 5 minutos.
Calentar el ¼ de vaso de leche y añadir la gelatina previamente remojada. Remover constantemente hasta que esté completamente disuelta. Reservar hasta que tiemple.
Empezar a montar la nata y cuando empiece a coger cuerpo añadir la leche condensada en hilo y la gelatina templada. Seguir batiendo con las varillas hasta que esté todo ligado. Reservar.
Montar las claras a punto de nieve no excesivamente duro y añadírselas en dos o tres veces a la crema de leche condensada, mezclando siempre con movimientos envolventes con cuidado para que no se bajen.
Si se va a servir en copas, poner una capita de galleta molida en el fondo,
cubrir hasta la mitad de la copa con la mousse, añadir otra capita de galleta molida y rellenar hasta casi el borde con más crema. Cubrir con galleta molida.
Enfriar durante 6-8 horas como mínimo, mejor de un día para otro.
Sencillamente delicioso. ¡En mi familia son todos adictos! Junto con la mousse de chocolate, ¡es el postre más reclamado!
0 comments:
Post a Comment